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jueves, 13 de diciembre de 2012

Basta de la mentira.

Hoy fue un día bastante violento. Luego del fallo vergonsozo e indignante de ayer, quu absolvió a los acusados por la desaparición, violación y crimen de Marita Verón, a la noche pasó un hecho bochornoso en la final de la Sudamericana entre San Pablo y Tigre, donde la seguridad privada del club de Brasil emboscó a los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes de Tigre, y les pegó, amenazó y hasta apuntó con un revólver.

Pero en el medio, fue el "festejo" de los hinchas de boca juniors. El 12/12/12 es el día elegido, porque "la 12" es el número de la barra brava. ¿Como puede terminar un festejo en donde se alaba a los violentos? Con violencia. Destruyeron móviles de TV, comercios. Y no había detrás una excusa de una frustración deportiva o un hecho de violencia o represión.

Y esto me lleva a expresar, una vez más, el pedido de terminar de bancar a estos energúmenos. Soy hincha de River. Socio. De local voy siempre, y tengo varios partidos de visitante en las espaldas. Y hasta ahora, lo único que me dieron los borrachos del tablon fueron quilombos, y suspensiones de mi estadio. Corridas. Momentos de mierda. Lo mismo dicen mis amigos hinchas del Rojo. Y cada uno de los hinchas que van, pagan su cuota, o compran la entrada para ver a su equipo, y ven como estos hijos de puta, bancados por la dirigencia (si, parte de la plata que vos le das al club, la usan para bancar a esos delincuentes), se adueñan del club. Tienen una impunidad que asusta.

Tenemos que empezar a internalizar que los borrachos, la 12, la guardia imperial, la del rojo, la butelier, no existen. Ni siquiera merecen una mayúscula, porque no son nadie. No solo no son hinchas, sino que además son mercenarios.Por ejemplo, boca no puede festejar su día por el número de su hinchada. Tiene razones mucho más importantes. Elijan el día que nació maradona, o riquelme, o guillermo. O el día que fundaron el club. O cuando se les cante el culo.

Pero tenemos que empezar a entender que hay que terminar con las barras. No son hinchas, y son la principal razón por la cual a veces no vas tranquilo a la cancha. No pagan la entrada, y encima los financiamos nosotros, con la cuota o con la entrada que si pagamos los hinchas/socios.Van a los mundiales con todo pago mientras nosotros los tenemos que ver por tele. Empecemos a cambiar esto entre todos. No alimentemos su mentira. No es fácil de cambiar. De hecho, es un quilombo, porque están enquistados y son funcionales al poder. Pero si podemos cambiar, lo primero que tenemos que lograr es que no tengan el apoyo de los hinchas. Y que en todo caso, después los socios votemos a aquellos que prometan borrarlos del club. Hay que dejar de vanagloriarlos como si fueran ellos los que te hacen levantar una copa. La cultura del aguante no tiene sentido.

¿A quién se le ocurre que apretar a un jugador en el vestuario puede ser positivo? O pinchar los gomas de los autos, o amenazar de cualquier forma... si a un pibe de 20 años lo aprietan en el vestuario con un arma, ¿cómo carajo puede jugar tranquilo? ¿Cuanto durariamos nosotros en un ambiente así? Cambiar cosas tan complejas es sumamente díficil. Pero se puede. Se puede dejar de cantar por las barras cuando entran a la tribuna. Se pueden cambiar las canciones en las que solo se habla de ellos, como si fueran los protagonistas. En vez de "llegan los borrachos...", se puede cantar soy de River (cada uno apliquelo a su club, no conozco las canciones de otras tribunas). Estos personajes NO EXISTEN. Son fantasmas, tienen que desaparecer.

Ya lo dije. Es un bardo... pero algún día hay que empezar. Ojalá algún día podamos vivir un fútbol sin barras.


Hoy soy Marita Verón, y sigo pidiendo justicia

1 comentario:

Josep dijo...

La gran virtud del presidente Laporta fue, además de contratar a Guardiola como entrenador del Barça, cortar todos los lazos con la hinchada violenta (Boixos Nois). Aunque soy consciente de que estos energúmenos son unos aprendices comparados con las barras bravas argentinas, el gesto le costó tener que cambiar de domicilio y llevar protección policial hasta hoy día.
En cuanto al caso Marita Verón, que he seguido con estupor, mi corazón está con ella y con todos los que quedamos tocados por cómo acabó todo