Feria del Libro Independiente

El Lunes fui a la Feria del Libro Independiente, una movida itinerante que se va presentando en diversos lugares de la Ciudad. Los que fuimos (Jose, Bruno y Edu) quedamos medio desilusionados, había poca propuesta, varias cosas repetidas, y los precios al mismo valor que una librería. Más que una feria de libros es una feria, que de todas formas podría ser copada, pero que en mi caso no llego a ese nivel. Me pareció que había poca creatividad, y mucho 'mostrarme como feriante' para tomar mate, fumar faso y pelotudear, pero con poco contenido (insisto, esto en lo que se refiere a los stands).
Todo esto se llevó a cabo en el IMPA (Querandies 4290), una fábrica recuperada que está en proceso de lucha. Estar adentro de ese monstruo de cemento fue una especie de shock (nunca había estado adentro de una fábrica tan grande). De más está decir que sabemos que el sistema fabril busca mediocrizar al obrero, dejarlo en una nebulosa que le genere una inacción frente al hecho de que ese mismo sistema le saca la vida.
Pero saberlo es diferente a haber estado ahí adentro (y eso que solo fueron 2 horas!). Cemento sucio, abudante, triste. Rejas que te informan en todo momento que estás ahí, al servicio de alguien, que como mínimo, no tiene que atravesar los pasillos que el obrero sí. Tonos apagados y grises, que te gritan 'mediocre' a cada paso que das, con grandes cuartos llenos de máquinas que desalientan cualquier intento de creatividad y genio humano. Son lugares que intentan deshumanizar a las personas, convertirlas en autómatas, en meros objetos y/o números.
Seguramente deba haber excelentes trabajos sobre el tema, mucho más acabados y profundos, pero quería dejar una breve reseña sobre la impresión que me causó.

hasta pronto gente linda
hoy solamente vuelvo a ser un afortunado que volvió a ver al burrito ortega en cancha, con la magia intacta...